domingo, 20 de octubre de 2013

NOCHE DE BRUJAS Y GATOS NEGROS.



NOCHE DE BRUJAS Y GATOS NEGROS.
Existe la antígua creencia de que las brujas se reunían dos veces al año con el Diablo y otras brujas, así podían compartir y aprender  nuevos conjuros y hechizos.Esas reuniones se llamaban Aquelarres y se hacían el 30 de abril y el 31 de octubre.Las brujas llegaban a lugares recónditos del bosque dónde se reunían de manera secreta.
Para ir de un lado a otro las brujas se disfrazaban de gatos negros y así  no ser reconocidas.Tambien utilizaban los gatos negros como animales de compañía.



Para ser bruja terrible




Requisito imprescindible,
ible, ible, ible,ible,
para una bruja terrible,
ible, ible, ible, ible.

Es ser perversa y malvada;
odiar mucho a cualquier hada
por cursi y empalagosa,
siempre vestida de rosa.
Y ser más fea que Picio,
pues lo precisa el oficio,
con verruga en la nariz
larga como una lombriz.
Requisito imprescindible…

Tener fétido el aliento,
la nariz como un pimiento,
muy negra la dentadura
y llevar túnica oscura.
Una sonrisa horrorosa,
la piel áspera y verdosa,
cara de astuta y bribona
y los pelos de fregona.
Requisito imprescindible…
             No moverse nunca a pie.


Sacarse pronto el carné
y volar a todas horas
con escobas voladoras.
Importante el capirucho
con forma de cucurucho
y un murciélago en el ala,
porque da aspecto de mala.
Requisito imprescindible…
Es saber meter la pata
y dar a todos la lata,
             pasarlo estupendamente
chinchando mucho a la gente.(Carmen Gil,)
LA BRUJA TRANQUILA.


¡¡¡Camila, Cami, Camila!!!
es la bruja más tranquila,
que se vino de Manila
para recargar su pila.
Camila come la brisa
porque nunca tiene prisa,
y se muere de la risa
cuando un anciano la pisa.
Camila es bruja sincera,
que pasea por la acera,
sonriendo a la primera,
porque es muy retrechera.
Camila, bruja encantada
con dulce traje de hada,
y parece una monada,
mientras come mermelada.
Camila, Cami, Camila
¡vaya bruja más tranquila!.

Nana para dormir a una vampira

Duérmete,
vampira mía.
Duérmete,
que ya es de día.
Duérmete sin inquietud
en tu pequeño ataúd
con la sábana morada,
sin tener miedo de nada.
Ten sueños muy apacibles
con murciélagos horribles,
cementerios, sepulturas
y noches negras y oscuras.
Duerme mientras brille el sol
con mi nana en si bemol
y tu pijama de andrajos,
sin pensar nunca en los ajos.
Y cuando a las doce y cinco
te despiertes dando un brinco,
te daré, bebé llorón,
sangre fresca en biberón.
Duérmete,
vampira mía.
Duérmete,
que ya es de día.
(Cuentos para pasar miedo... o no tanto, editorial Toro Mítico)